Ahora que se acerca la Navidad se acostumbra en nuestro país a comprar la Lotería de Navidad y la del Niño entre todos los trabajadores de una empresa. Esta práctica, en principio tan lógica, deriva en multitud de problemas cuando el boleto sale premiado, pues es un título al portador y significa que cualquiera que lo “porte” podrá cobrarlo, por ello recomendamos encarecidamente
que se haga un simple contrato en el que se indique quiénes son los compradores de los décimos, cuánto pagan cada uno y el compromiso de repartir el premio entre ellos. Por supuesto, cada persona que participe deberá conservar una copia del contrato y de los décimos.
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Cristina Acevedo Moreno