Responsabilidad de los peluqueros por daños

Acudir a una peluquería es un gesto cotidiano que no parece entrañar peligro alguno, pero como en toda actividad también existen riesgos. Pensemos en lo que ocurre normalmente cuando entramos en uno de estos establecimientos y pedimos, por ejemplo, que nos tiñan el cabello. ¿Le han preguntado alguna vez si es alérgico o presenta sensibilidad a alguno de sus componentes? ¿Le han ofrecido la posibilidad de que le realicen una prueba al respecto?

¿Le dicen cuál es la marca utilizada por si hubiera tenido alguna experiencia negativa con ella? En mi caso particular nunca ha sido así, sino que me han preguntado el color deseado y no se hace ninguna referencia a dichos extremos que pueden poner en serio peligro nuestra salud, y en un caso extremo, nuestra propia vida.

Según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica:

La alergia es una reacción de defensa del organismo contra sustancias externas que penetran en el cuerpo. Esas sustancias pueden penetrar por el aparato digestivo (alimentos, medicamentos), por el aparato respiratorio (inhalantes), absorbidas por la piel (contactantes), o atravesando la piel (inyecciones, picaduras). El sistema inmune del cuerpo reconoce esas sustancias como extrañas e intenta neutralizarlas. Las personas sin alergia también las reconocen como extrañas, pero su organismo las neutraliza sin dañarse a sí mismo, mediante mecanismos llamados de tolerancia. Las personas con alergia las intentan neutralizar por mecanismos que se vuelven dañinos contra el propio organismo, y causan los síntomas de alergia.
Fuente: http://pacientes.seicap.es/es/alergias_20306

La reacción alérgica es diferente en cada individuo, ya que la respuesta al estímulo puede ser muy intensa o atenuada y de ello dependerán las consecuencias que padecerá cada persona. En el primer caso se puede producir un shock anafiláctico, que puede conllevar la muerte y en el segundo caso puede que no pase de una simple dermatitis sin mayores consecuencias. En cualquier caso resulta especialmente revelador el tiempo de respuesta de cada persona y cuanto antes se sientan efectos adversos más probabilidades hay de una respuesta intensa y de mayor gravedad de nuestro sistema inmune.

En el caso de los tintes capilares, todas las marcas de tintes domésticos consultados en este despacho, sin excepción alguna, advierten del riesgo que supone la utilización de su producto por parte de personas alérgicas y tanto en el envase exterior como en el folleto interior se recomienda realizar una prueba de sensibilidad muy simple, consistente en frotar una pequeña cantidad de producto en la piel y comprobar si hay alteraciones en un plazo de hasta 24/48 horas. La relación de componentes de dichos tintes es tan larga como incomprensible para el ciudadano medio, por lo que, en realidad, no es posible saber cuál de aquellos componentes presentan mayor posibilidad de provocar una respuesta defensiva de nuestro organismo. Cuando acudimos a una peluquería el profesional es quien dispone de los datos técnicos del producto, así como de las instrucciones de uso y de su ficha de seguridad por lo cual, si dicha información no es transmitida al cliente y no ofrece la prueba de sensibilidad, podríamos cuestionarnos si su actuación se ajusta lo que que se conoce como “lex artis” o se trata de un comportamiento negligente. ¿Se supone que el cliente sabe el riesgo que corre cuando no le facilitan las instrucciones de uso de un producto de una marca concreta o se supone que el cliente conoce los riesgos y por ello exime al profesional de realizar la prueba? Si la prueba tarda entre 24 y 48 horas ¿se trata de una estrategia comercial para no perder al cliente y que acuda a otro establecimiento en dicho plazo?

Para ser justos, también los peluqueros asumen riesgos laborales por la exposición continua a compuestos químicos no siempre inocuos y así se indica por el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en la ficha 013 BASEQUIM:

En las peluquerías se utiliza una gran variedad de productos cosméticos, todos ellos con formulaciones complejas, que pueden contener sustancias químicas clasificadas como peligrosas para la salud. Estas sustancias no siempre están bien especificadas por los fabricantes y distribuidores y, por lo tanto, son poco conocidas por los trabajadores del sector.
Fuente: http://stp.insht.es/stp/basequim/013a-tratamientos-del-cabello-en-peluquerías-exposición-agentes-químicos-actualizada-en

En resumen, para evitar males mayores, se recomienda a los peluqueros ofrecer la prueba de sensibilidad a sus clientes y a los clientes que soliciten la realización de dicha prueba si su peluquero no le advierte de los riesgos.

Cristina Acevedo

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